El diseño de espacios ergonómicos de trabajo son clave para conseguir una buena optimización y funcionalidad en la oficina.
Aunque relacionamos la prevención de riesgos laborales en sectores como la industria o la construcción, la salud laboral en la oficina también constituye una importante prioridad para el trabajador.
Pasamos varias horas al día sentados en el trabajo, por esa razón, es conveniente que nuestro asiento y nuestro mobiliario se adapte a nuestras preferencias para conseguir una buena salud y un buen rendimiento.
En este artículo descubrimos cómo conseguir un espacio de trabajo ideal y cómodo que nos ayude a mantener la concentración, mejorar nuestro rendimiento y sentirnos a gusto. Vamos a ver qué aspectos son claves:
Una correcta postura
La ergonomía en la posición sentada es más importante de lo que uno piensa. Llegamos a pasar más de 8 años sin interrupciones sentados en la oficina. Esto se traduce en unas 80.000 horas en una postura perjudicial para nuestro cuerpo y nuestra salud.
Si además sumamos las situaciones donde también estamos sentados (en las comidas, en el cine, en nuestro sofá…) podemos afirmar que algunas personas pasan más de la mitad de la vida sentados.
El dolor de espalda es una de las causas más comunes de incapacidad laboral en personas de menos de 45 años. El absentismo y las bajas suponen un coste extra en la empresa. El gasto mínimo de una baja suele ser de aproximadamente 70 € por cada 3 días de trabajo, sin sumar los complementos o las subidas del IPC.
Cuando se elige una silla, hay que tener muy en cuenta las formas, la ergonomía, la adaptabilidad, la flexibilidad y la comodidad. Deben atender las necesidades de cada tipo de persona y soportar las actividades que llevan cada día. Otros elementos que destacamos sería la sencillez de uso o la personalización.
El sonido
El sonido o la acústica es muy importante a la hora de diseñar un espacio de trabajo. Los sonidos molestos causan distracciones y estrés. Es conveniente que el lugar de trabajo esté aislado de ruidos externos. De esta forma favorecemos un rendimiento y concentración más apropiado.
Luz y colores
El sentido que más rinde en el trabajo es la vista. Los espacios de trabajo deben estar correctamente iluminados para suplir las necesidades del trabajador y las funciones que lleva a cabo. Si queremos evitar la fatiga visual, podemos prescindir de los contrastes fuertes entre superficies.
Elegir el color adecuado ayuda al funcionamiento del ser humano. En ambientes estresantes, el color puede calmarnos; en espacios aburridos, puede estimularnos… La elección va más allá de pintar la pared. La percepción de estos colores nos producirá un mayor bienestar en todos los sentidos.
El objetivo es crear un entorno de trabajo profesional y armonioso para la persona.
Climatización
Si la temperatura es demasiado alta o baja, los trabajadores empezarán a tenerlo en cuenta y puede llegar a afectar a su rendimiento. La climatización ideal depende de 4 variables:
- Temperatura del aire
- Temperatura de las superficies
- Humedad del aire
- Velocidad del aire
La temperatura ideal suele ser de 20º a 22º en invierno y de 22 a 25º en verano.
Zonas de ocio y descanso
Además de las horas de sueño en casa, se debe tener presente los descansos en el trabajo. Descansar la mente nos ayuda a relajarnos, desconectar y volver con más energías. Los espacios de descanso en las empresas ayudarán en el estado de humor de los trabajadores.
Formación del usuario
Es importante que el empleado reciba la formación sobre cómo utilizar todos los equipos. En especial la silla de trabajo. Si además de detectar los problemas del puesto de trabajo, damos a conocer todo el mobiliario y herramientas, el trabajador podrá obtener el máximo resultado en confort y salud.